miércoles, 25 de agosto de 2010

“Parte de la clase política genera la pobreza y luego reparte las migajas”

Por Norberto Alayón


Usted rechaza el asistencialismo, pero defiende una dimensión asistencial dentro del campo del Trabajo Social…

Lo que planteo, repito y revalorizo es la dimensión asistencial. No el asistencialismo. El asistencialismo sí entraña una perspectiva de transferencia muy escasa de recursos, pero fundamentalmente el mantenimiento de una relación de dependencia y patronazgo en relación a la gente con la que se trabaja. En cambio, la asistencia, que es un derecho, implica un modo de política social reparatoria, pero que también se enmarca en el plano de los derechos. Por eso promuevo la asistencia y no el asistencialismo.

Como académico esta es su punta de lanza, pero autoridades políticas se reconocen orgullosos como asistencialistas…..

Si, también he observado esta cuestión. Los discursos de los políticos no son compatibles con los de la Academia. Este error evidencia que no hay un conocimiento de la temática. El concepto es la dimensión asistencial. El derecho de la gente a que si no pueden tener otras instancias de derecho a un empleo, a un salario digno o a políticas sociales universales, si no logran esto, por lo menos que exista una dimensión asistencial que atienda o repare los derechos de los ciudadanos. Esto no es asistencialismo, pero sí contiene una dimensión asistencial.

Robert Castel, sociólogo francés, dice que la suerte del pobre está echada antes de nacer. Usted lo ha recordado y lo tiene presente. ¿La clave del trabajo social es la prevención?

Lamentablemente, con mucha frecuencia se trabaja con situaciones terminales en las que la problemática social ya se desencadenó. Nosotros reivindicamos que desde las medidas políticas y económicas se trabaje por prevenir que los problemas sociales lleguen a desencadenarse, porque es mucho más difícil trabajar así. Además del dolor de las personas afectadas. Ciertas políticas, anticipadamente, condenan a vastos sectores de la población, que van a tener problemas. Ahí, ya estamos fregados. Es como si en vez de vacunar contra una enfermedad determinada, esperas a que la enfermedad se produzca, después habrá más sufrimiento y será más difícil de parar.

En los casos terminales hay que asistir y los recursos se utilizan aquí. ¿Faltan recursos para la prevención?

Ah, claro. Cierta parte de la clase política no acaba de comprender la importancia de la prevención. Los políticos muchas veces juegan con la lógica de los resultados inmediatos y a veces da más resultados electorales el asistencialismo directo y no una medida de largo alcance, como una política de Estado que prevenga la aparición de problemas. Debería haber una política social de carácter anticipado y no generar la pobreza y luego repartir las migajas. Hay un refranero español importante que dice que “el Señor Don Juan de Robres, con caridad sin igual, quiso hacer este hospital y primero hizo los pobres”. Estamos activamente en contra de eso. Primero hay que evitar los pobres y luego quizás no necesitemos el hospital.

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